Entrevista a Karlos Arguiñano

Después de tantos programas de televisión, tantas recetas, tantos vuelos para trabajar, ¿le estresa en ocasiones la cocina? No, lo único que me estresa es ver que todavía hay gente que pasa hambre en el mundo y que a los que mandan parece que eso nos les preocupa.
Dicen que le llaman la 'trituradora'. ¿No se priva de nada cuando come? Me gusta comer de todo. No hay nada que no me guste. Lo que no hago es abusar de la comida.
En una entrevista suya comentaba que, ese día, había desayunado unas sopas de ajo, un zumo de cuatro naranjas y una tortilla de patata de un huevo. Después, de aperitivo, una hamburguesa pequeña en bocadillo. A la hora de comer, unas alubias rojas con costilla, tocino y berza… ¿Esto fue algo excepcional o es habitual? No, eso sería un día excepcional de invierno. Por lo general, soy de comer muchas veces, unas cinco al día, pero en pequeñas cantidades. A la hora de comer y cenar, como la mitad que la mayoría de la gente. También quemo muchas calorías, ya que todos los días ando entre dos y tres horas.
¿De qué constan sus cinco comidas diarias? Dos son un pincho o un bocadillito. Lo que sí hago con fundamento es desayunar, me encanta. Luego salgo a caminar.
¿Le gusta quedarse saciado cuando se sienta en una mesa? No, todo lo contrario, me gusta quedarme ligero y con el recuerdo de los buenos sabores.
¿A usted le respetan los análisis de sangre? De momento, como un reloj suizo en hora y sin lesiones.
¿Disfruta más comiendo o cocinando? No sabría decirle. Disfruto de las dos formas. Incluso, disfruto mucho en la compra, pensando qué voy a preparar para dar de comer a mi familia y a mis amigos.
¿Cuál es el mejor halago que se le puede decir sobre un plato suyo? ¿Puedo repetir? Ésa es la señal inequívoca de que le ha gustado. Para un cocinero, que la gente venga a tu restaurante a comer, pague, te dé las gracias y vuelva otro día es el mayor halago del mundo. Eso es lo mejor que te puede pasar y hay que saber ser agradecido y ofrecerle al cliente siempre lo mejor. No se le puede engañar en nada, ni en la servilletas.

¿Qué tres platos se llevaría a una isla desierta? Mas que platos, me llevaría una cocinita, una sartén, una cazuela, unos cuchillos y aceite de oliva. Con lo demás ya me buscaría la vida con mucho fundamento. Igual me llevaba también un poquito de perejil. Con lo que habría en la isla seguro que no pasaba hambre.

¿Con qué plato ha tocado el cielo? Con unos huevos fritos con patatas fritas, pimientos del piquillo y una loncha de jamón de pata negra. Con eso, a triunfar en el cielo y en la Tierra.

¿Una comida puede tener los mismos efectos que el sexo? A veces, incluso, hasta mejores. Dice un buen amigo mío que la única forma de gozar con los pantalones puestos es comiendo.

¿Qué plato le sale mal o no le termina de coger el punto? Las tartas y los pasteles. La repostería en general no es lo mío. Todo tiene que ser exacto, muy medido en cantidades, tiempos y temperaturas. A mí me gusta más la cocina del punto.

¿Lentejas de la abuela o sorbete de lentejas? Lentejas de la abuela, pero al estilo año 2007, es decir, las lentejas guisadas con verduras. El chorizo, la costilla y la morcilla cocidos aparte y para el que quiera. La innovación en la cocina es muy importante, pero hay cosas que no necesitan ser reinventadas, como, por ejemplo, la tortilla de patatas.

¿Primero, segundo y postre, o 15 platos de degustación? Depende del día y del lugar.

¿Qué parte de su éxito televisivo lo atribuye a su capacidad como 'showman'? No sé, no me considero un showman . Si lo soy o no, lo tendrán que decir otros. Yo me tengo por un cocinero honesto y simpático que pretende hacer su trabajo divertido.

¿Se siente obligado, a veces, a ser simpático cuando no le apetece? No, es mi forma de ser. No soy actor, sino un cocinero al que le gusta cantar y contar chistes en el trabajo.

¿Cuántas veces le han propuesto hacer un libro de chistes? Muchas, pero prefiero hacerlos de recetas.

  Fuente:Diario de Álava